Algunos de ustedes son muy jóvenes, pero hace menos de 30 años la hípica tenía una difusión impensada en los medios de comunicación. La Nación (con su brillante revista Fusta), El Mercurio, La Segunda, La Tercera, La Cuarta, Las Últimas Noticias y La Época ofrecían dos páginas diarias. Radio Carrera convivía en el dial AM con Metropolitana y Antena Uno. Las revistas Purasangre y Haras Y Pistas nos daban clases de pedigree. Zoom Deportivo incluía un bloque de carreras. Los periodistas Manuel Somarriva, Julio Navarrete y Juan Antonio Torres publicaban libros en la huella del maestro José Salinas Castillo. Vamos a La Hípica debutaba en CHV para iniciar 28 años de vida. No existía Internet, tampoco smartphones ni menos redes sociales. Teletrak TV era una quimera. Pero el turf estaba más vivo que nunca…
Cuántos chilenos se hicieron hípicos en esa era dorada. La década de los ’90 tuvo hitos ingentes como el último triplecoronado nacional Wolf (portada en La Tercera, algo impensado hoy), la llegada de grandes sementales como Roy y Hussonet, la masificación de la red Teletrak, el rótulo de crack de José Santos en Estados Unidos, los récords locales de Luis Torres, las victorias de Edipo Rey, Patio de Naranjos y Prepo en los Latinoamericanos organizados en casa, el triunfo de Cayumanque en el G.P. República Argentina, el segundo de Malek en la Dubai World Cup, el prestigio de Gran Ducato en Sudamérica y la visita de Eduardo Frei Ruiz-Tagle al Hipódromo Chile en 1994. Era la primera vez que un Presidente de la República visitaba un recinto hípico cuando Enfático se coronó en el Gran Premio.
Todos estos hechos fueron informados masivamente y contribuyeron a enaltecer la imagen de la hípica. Sus líderes invirtieron y valoraron el rol de la prensa. Porque, seamos sinceros, no es fácil reconocer ser hípico ¿A cuántos de ustedes los han tratado de viciosos en sus trabajos? Pero donde algunos dicen “antro”, muchos decimos “nuestra vida”. Esta actividad carga con un estigma y algunos personajes la tiñeron más. Sin embargo, muchos compatriotas desconocen que, como reza una reflexión del Subieron Bandera, “las carreras de caballos, más que un juego y espectáculo, constituyen fuente de trabajo digna para miles de chilenos”.
Hoy la hípica vive la peor crisis de su historia debido al Coronavirus. La próxima semana se cumplirán cuatro meses sin carreras en Santiago y existe un ánimo de hastío y desesperanza no sólo en los gremios, sino también en los aficionados. Han pasado tres décadas de la época dorada y su presencia hoy es casi nula en los medios. Y si se habla es porque surgió un brote de Covid-19 en La Palma, porque el Sporting utilizó permisos indebidos para operar en Cuarentena o porque algunos caballos podrían ser sacrificados. El año pasado fue por narcotraficantes o por las fallidas “Carreras a la Chilena” en Blanco Encalada.
Existe -o existía- dinero para los Súper y Mega Dividendos y traer potros de primer nivel, pero no para fomentar la imagen de la industria, la debida inversión publicitaria o trabajo para héroes como Pedro Santos y Gustavo Barrera. Cuando quise escribir un libro sobre los haras, un criador me respondió “no tenemos plata”. Así el turf desapareció de los diarios, fenómeno que se agudizó con la irrupción de las redes sociales y la miniaturización de los pocos medios especializados que siguen de pie pese a las zozobras. Todo ante la indiferencia de los directivos. Y hubo tantas oportunidades de crear un mensaje durante la última década: el triunfo de Quick Casablanca en el Latino 2012 de Argentina, el fenómeno Scat Daddy, la campaña invicta de los cracks Wow Cat y Robert Bruce, la pasión de ídolos deportivos como Arturo Vidal y Fernando González con sus ases Il Campione y Leitone ¿Cuándo Ud. vio una campaña potente de marketing en los canales de TV, en las calles o en los malls? ¿Cuándo se ha difundido que la hípica da trabajo a más de 30 mil chilenos o la labor vital de los haras?
Es cierto que nadie estaba preparado para tamaña crisis y el Gobierno -indiferente con el turf- está contra las cuerdas, pero la falta de liderazgo hípico es patente. En cuatro meses no han existido vocerías, hípicos comunes han levantado más la voz y el manejo de los directivos ha sido reactivo. Pasó con el brote de Covid-19 y las protestas de los gremios en La Palma, con la denuncia del Fonotrak y con el protocolo sanitario para las carreras diseñado antes que el protocolo de aprontes y corrales. Y si bien los hipódromos han respondido a varias de las solicitudes de los gremios, especialmente en bonos y arriendo de pesebreras, tuvo que ocurrir una pandemia para que los jockeys pudieran tener una sala de jinetes -en rigor dos- acorde a su rol. Tuvo que salir el Ministro de Salud, Enrique París, a defender al turf al decir que “hay un trabajo esencial por las mañanas”. Y tuvo que pasar esta tragedia para que Mediocamino fuera valorado, siendo un buen socio con aquéllos que alguna vez no fueron solidarios.
La hípica paga un impuesto de 3% al Estado. Imagine cuánto dinero es si sólo el Hipódromo jugaba más de $ 7.000 millones en un mes en 2019. Un mérito de sus directivos mientras nuestros vecinos tienen tragamonedas en Palermo, Argentina; y un simulcasting real en Uruguay y Perú. Así y todo Chile ha liderado la industria en Sudamérica ¿Pero por cuánto tiempo? Vienen los grandes clásicos del segundo semestre, el 70% de los tres años aún no debuta y ya comenzaron los remates de los dos años, pero los gremios y propietarios (que no han calificado para ninguna ayuda) están sumidos en la incertidumbre. Así como la hípica pudo sortear varios tropiezos del Estallido Social, sus líderes tienen un desafío histórico para atropellar cuando termine la Cuarentena, reactivando la actividad y mostrando al país que sí se puede correr. Quién sabe si en agosto el Hipódromo Chile salga en TVN por efectuar 19 carreras sin ningún positivo, el Club Hípico -que hoy registró sólo un caso en 144 tests rápidos- por sus salas de jinetes, el Valparaíso Sporting por implementar un Fonotrak estable o el Club Hípico de Concepción por ser cuna de nuevos astros de la fusta. O una historia de amor de un cuidador, descrestándose por su regalón con el bolsillo roto ¿Y si un nuevo crack surge y la hípica recupera su imagen? ¿Y si hacemos Fusta 2.0, JAT? Total dicen que las crisis son oportunidades y que siempre después de la tormenta (hoy Covid-19)… sale el sol.
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